martes, 26 de enero de 2010

Crítica Literaria - La Teoría del Trozo de Carne

No sé si será demasiado atrevido, pero he estado pensando últimamente que puntuar del 1 al 10 un libro es una forma algo arbitraria de valorarlo. Si navegas por la red un rato y analizas las críticas de los usuarios las hay de dos tipos: las del erudito (con frases grandilocuentes y palabras rimbombantes, algunas con sentido, otras no tanto) y las del lector casual o aficionado (que se limitan a decir lo bonito que les ha parecido o un libro o lo que han llorado o reído con él, etc). Estuve leyendo "Cometas en el Cielo" de Khalid Hosseini y llegué a algunas conclusiones sobre ella que quise comparar con las que ya circulaban por internet. Las opiniones sobre este libro pertenecen a las del segundo grupo de lectores y no al primero, así que no encontré una sola mala crítica de la novela. Como me sentía sólo, porque algunos aspectos de la forma de escribir del susodicho Hosseini no terminaban de gustarme, me puse a pensar y al final apareció como una idea perdida la clasificación, que a mi juicio, contempla justamente el amplio escenario de la literatura moderna. La voy a llamar "Teoría del Trozo de Carne" y dice así:

"Si una novela es a un trozo de carne, la calidad de la misma dependerá de la condición de la carne y de la manera en que esté cocinada"

Por tanto, podemos definir cuatro categorías de carne (perdón, novelas) que son las siguientes:

  • La hamburguesa: son aquellas creaciones cuyo único objetivo es el entretenimiento. La calidad de la materia prima es universalmente definida como mediocre y su preparación es básica y rústica. Proporciona grandes dosis de entretenimiento (sabor) y un consumo rápido, pero no demasiado saludable. A esta categoría pertenece Dan Brown y el resto de sus secuaces.
  • El filete con patatas: de acuerdo, el filete es de buena carne de vacuno, pero le falta un algo para ser un plato decente. No hay aderezo. No hay digamos, eso que rodea a la narración de calidad que nos hace pensar que, desde luego, este tío es bueno de verdad. A esta categoría pertence la novela que he comentado antes "Cometas en el Cielo". Son novelas decentes, pero no son buenas, por mucho que sean muy bonitas y todo lo demás. Entre estas dos primeras categorías se producen saltos continuos. Al no escribir bien, los escritores fallan cuando les falla el argumento o la sensibilidad argumental, por ser más precisos.
  • El entrecot con salsa de setas (o cualquier otra salsa) y guarnición variada: ¡Ay! Aquí sí. Aquí sí que la elaboración es apreciable. Se nota que hay algo más allá de una buena historia. Se percibe en la redacción, en el ritmo, en la metáfora, en el manejo del lenguaje. Cada párrafo es inspirador desde la vertiente literaria, más allá de la argumental. Ningún escritor de esta categoría puede pasar a las dos anteriores, pero sí a la posterior. Eso sí, hacer entrecots con salsa no significa que tengan el punto de sal, o que estén tiernos, y la cosa se puede convertir en un auténtico ladrillo. Por poner un autor que aprecio: Haruki Murakami, también Auster o Saramago, cualquiera de ellos se ajusta a esta categoría.
  • La "nouvelle cuisine" o, parafraseando a Ferrán Adrià en Muchachada, "el trozo de chichilla con patata gajo": Aquí están los pretenciosos, los endiosados y los capullos, si se me permite la expresión. Perteneciendo al grupo anterior corres el riesgo de creer que puedes hacer lo que te salga de los cojones con tu talento. De este modo, se crean monstruos literarios que sólo son comprendidos por las hordas de fans snobs y por la querida madre de los esforzados escritores. Como Ferrán Adrià, se dicen a sí mismos: "Soy un genio. Voy a escribir gilipolleces que seguro que me tratan como a un dios". Por aquí circulan los Thomas Pynchon, los Faulkner y los Joyce. Alguno me pegará cuando lea esto, pero a mí sólo me parece talento desperdiciado. Si puedes hacer un peñazo semejante, no te cargues la poesía de la literatura con esos Arco Iris surrealistas y Sonidos y Furias esquizofrénicos. Y todavía leo por ahí que alguno dice que si no te gusta Pynchon no te gusta la literatura. ¡El acabose!
Parece que esta claro que a mí me va la tercera categoría, es verdad, aunque de vez en cuando me paso a la segunda para relajarme y ser algo feliz. La primera no la toco, por si acaso, y la cuarta la sufro de vez en cuando para que no me digan que no lo he leído y no sé lo que es.

viernes, 15 de enero de 2010

La Chica que Soñaba con una Cerilla... y se Quemó

Pues sí, después de un año desde que me leí el primer Millenium (tengo que hacerlo de año a año a riesgo de una sobredosis de vacuidad) afronto la lectura de la segunda parte. De repente me doy cuenta que la original puesta en escena de este periodista sueco se quedó en el primer libro y me encuentro con la redundancia más absoluta de costumbres epatantes y sin contenido. Reconozco que el primero me gustó, me costó muy poco leerlo y teniendo en cuenta que tenía bastantes páginas (qué manía tienen estos animales bestsellerianos con llenar y llenar papel, como si fuera gratis), me resultó muy entretenido y distinto a otros similares. No parecía literatura, pero al menos argumentalmente estaba bien llevado.
La Chica que Soñaba con una Cerilla y un Bidón de Gasolina es, sencillamente, mala. Pero es que está tan mal escrita que todo lo ligeramente interesante que tiene se desmenuza entre sus estúpidos capitulos de paja y morralla. Porque lo que más tiene es morralla: morralla sexual, morralla cotidiana, morralla empresarial,... Con esos fragmentos de media página de inventarios de Ikea y menús de cafetería, sin conjunciones, así tal cual, como si fuera un puto catálogo. Y es que ya es difícil intentar darle un poquito de arte al asunto, pero terminar la enumeración de muebles con un "Pagó con VISA" me parece reirse del personal.
Después está el costumbrismo sexual, donde el tal Blomkvist es una máquina sexual, su amante Erika Bergen una especie de ninfómana con gustos bondage y la cansina Lisbeth, bueno... pues sigue siendo una friki bisexual. ¿De verdad que alguien se puede creer todo eso? Amigo Larsson, no te quedes conmigo. Dice Erika Bergen que acostarse con Kalle es "SJB" (Sexo Jodidamente Bueno), mucho mejor que su marido homosexual, ¡pues claro! ¡No me digas! Esto más bien es "LJM" (Literatura Jodidamente Mala). Y sólo llevo 200 páginas.
Eso sí, entretenida, entretenidilla sí que es. Se lee fácil. Pero como digo, sólo una vez al año, porque si no se me queman demasiadas neuronas.

La Chica que Soñaba con una Cerilla... y se Quemó II

(Contiene spoilers)

Después de una impresión inicial más bien decepcionante, el contenido completo de este segundo volumen de Millenium ha conseguido atenuar, aunque muy superficialmente, mi mal concepto del malogrado Larsson. Sinceramente, no hay nada de lo que dijera antes que no me siga pareciendo cierto, pero sí que es verdad que a la hora de construir tramas, en materia de intriga al fin y al cabo, el autor da muestras de buen hacer. Si el objetivo de este libro es el suspense, en el nudo central, cuando Salander es acusada de triple asesinato, el autor logra despertar la curiosidad del que escribe. Quizás no es demasiado pedir en un thriller, o más bien es lo mínimo que hay que pedir. No voy a negarle al César lo que es del César.
Por otro lado, y me mantengo en mis trece, la literatura sigue brillando por su ausencia. Tampoco cuesta tanto que se guarden mínimamente las formas. Aunque tengo que decir que la traducción probablemente perjudica más que otra cosa. En definitiva, un libro entretenidillo, demasiado largo, desesperante si se busca algo más y con la invisible amenaza de un tercer volumen aún más extenso. El año que viene diré algo.

martes, 5 de enero de 2010

El Corazón es un Cazador Solitario - Carson McCullers

Argumento:


Carson McCullers
Escrita con tan sólo veintitrés años, El corazón es un cazador solitano (The Heart is a Lonely Hunter, 1940) fue la primera novela de Carson McCullers y dio a conocer la magnitud de su talento. Centrada en el ambiente de una pequeña ciudad sureña y en un grupo de personas que —en torno a la figura emblemática del sordomundo John Singer, el personaje más conseguido de esta genial autora— tienen en común la esencial soledad, su marginalidad y el rechazo de una sociedad que les ignora, El corazón es un cazador solitario es ya un clásico de la narrativa contemporánea.


Opinión:

Graham Greene dijo de ella: «Carson McCullers y quizá William Faulkner son, tras la muerte de D. H. Lawrence, los únicos escritores con una sensibilidad poética original. Prefiero Carson McCullers a William Faulkner porque escribe de modo más claro; la prefiero a D. H. Lawrence porque no tiene mensaje.».
Esta novela es una impresionante descripción del alma humana, desde luego, pero además logra transmitir sentimientos muy profundos. El Corazón es un Cazador Solitario entrelaza las historias de varios personajes del sur profundo estadounidense. El personaje del sordomudo Singer actúa como hilo conductor, sin embargo, a lo largo del libro, eso deja de tener importancia, puesto que los demás personajes tienen una fuerza equivalente y cada uno de ellos una historia propia realmente inspiradora.
La pequeña Mick Kelly, el borracho Blount, el visionario doctor Copeland, cada uno con sus anhelos y sus necesidades. Todos buscan en Singer el consuelo de su alma, mientras el propio mudo no entiende por qué es él al que todos acuden, puesto que él lo único que quiere es estar con su amigo griego, ingresado en un hospital psiquiátrico. Sin embargo, esa amistad tan generosa de Singer no se ve correspondida por su amigo. En esa contradicción, es quizás el momento en que te das cuenta que cada uno quiere una cosa y aquello que uno quiere no lo puede entender más que uno mismo. En el triste final descubres que después de todo, lo que todo el mundo considera satisfactorio no lo es tanto. Yo veo a Singer como un símbolo, más que un ser humano, en el que todos buscan respuesta. Un mudo para dar respuestas. Ahí radica la fuerza de la historia.
Me ha sorprendido tanto descubrir esta joya que no puedo más que recomendarla. Tengo la suerte de tener otro libro de McCullers: "Reflejos en un Ojo Dorado", así que ya estoy deseando leerlo. Por ahora, me queda el recuerdo de esta maravillosa descripción del sentimiento y la miseria humana. Imprescindible.

Aquí hay una artículo sobre ella que salió en El Mundo:
Carson McCullers, la retratista de lo más desolador del "deep south"