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Kenzaburo Oé |
Novela de tintes autobiográficos, Una cuestión personal fue escrita tras el tremendo impacto que causó en Oé el nacimiento de su hijo Hikari con hidrocefalia. No obstante, la novela tiene por sí misma gran valor al presentar la prueba interior a que es sometido todo ser humano que debe decidir entre sus deseos y el camino señalado por los actos cometidos a lo largo de su vida.
Opinión:
Sin haber apenas profundizado en la literatura japonesa e influenciado por el estilo occidentalizado y surrealista de Murakami, decidí que una buena manera de empezar era leyendo a los dos "Nóbeles" japoneses. El segundo de ellos (el primero fue Kawabata en el 72) es Kenzaburō Ōe. Esperaba esa tranquila y melodiosa narrativa japonesa tan propia de su cultura tradicional y me encontré con un retratro crudo, en ocasiones desagradable, sobre la desesperación de un hombre ante las vicisitudes de su vida. No es una novela que se pueda considerar hermosa, como ya he dicho, a veces desearías que su protagonista fuera un hombre sereno y recto y que no intentara escapar de sus problemas a través de la perversión sexual y el embrutecimiento moral, pero el autor plantea un personaje que vive obsesionado con un viaje a África, que apenas se relaciona con su mujer, que no es capaz de asumir un hijo monstruoso y lo debemos aceptar tal como es.
A Kenzaburō Ōe no me atrevería a juzgarlo. Sólo he leído esta novela y me ha costado horrores encontrarla. Cabe esperar que al haber obtenido un premio tan prestigioso su obra abarque todos los aspectos que pueden exigirse al escritor superior. Por ahora, Una Cuestión Personal es un buen comienzo para poder hacerse una idea de su literatura, pero no quiero hacer un análisis más amplio porque caería en el error de enjuciarle desde el desconocimiento.
Una Cuestión Personal es una historia llevada al ritmo adecuado, que abunda en los sentimientos y en el modo de pensar de los personajes. Es particularmente interesante la teoría del universo pluralista de Himiko en los primeros capítulos. Su final, que no revelaré, es realmente sorprendente, no de un modo intrigante, sino en relación a la idea que se hace uno de la resolución de la historia.

Opinión:
Sin haber apenas profundizado en la literatura japonesa e influenciado por el estilo occidentalizado y surrealista de Murakami, decidí que una buena manera de empezar era leyendo a los dos "Nóbeles" japoneses. El segundo de ellos (el primero fue Kawabata en el 72) es Kenzaburō Ōe. Esperaba esa tranquila y melodiosa narrativa japonesa tan propia de su cultura tradicional y me encontré con un retratro crudo, en ocasiones desagradable, sobre la desesperación de un hombre ante las vicisitudes de su vida. No es una novela que se pueda considerar hermosa, como ya he dicho, a veces desearías que su protagonista fuera un hombre sereno y recto y que no intentara escapar de sus problemas a través de la perversión sexual y el embrutecimiento moral, pero el autor plantea un personaje que vive obsesionado con un viaje a África, que apenas se relaciona con su mujer, que no es capaz de asumir un hijo monstruoso y lo debemos aceptar tal como es.
A Kenzaburō Ōe no me atrevería a juzgarlo. Sólo he leído esta novela y me ha costado horrores encontrarla. Cabe esperar que al haber obtenido un premio tan prestigioso su obra abarque todos los aspectos que pueden exigirse al escritor superior. Por ahora, Una Cuestión Personal es un buen comienzo para poder hacerse una idea de su literatura, pero no quiero hacer un análisis más amplio porque caería en el error de enjuciarle desde el desconocimiento.
Una Cuestión Personal es una historia llevada al ritmo adecuado, que abunda en los sentimientos y en el modo de pensar de los personajes. Es particularmente interesante la teoría del universo pluralista de Himiko en los primeros capítulos. Su final, que no revelaré, es realmente sorprendente, no de un modo intrigante, sino en relación a la idea que se hace uno de la resolución de la historia.

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