viernes, 15 de enero de 2010

La Chica que Soñaba con una Cerilla... y se Quemó

Pues sí, después de un año desde que me leí el primer Millenium (tengo que hacerlo de año a año a riesgo de una sobredosis de vacuidad) afronto la lectura de la segunda parte. De repente me doy cuenta que la original puesta en escena de este periodista sueco se quedó en el primer libro y me encuentro con la redundancia más absoluta de costumbres epatantes y sin contenido. Reconozco que el primero me gustó, me costó muy poco leerlo y teniendo en cuenta que tenía bastantes páginas (qué manía tienen estos animales bestsellerianos con llenar y llenar papel, como si fuera gratis), me resultó muy entretenido y distinto a otros similares. No parecía literatura, pero al menos argumentalmente estaba bien llevado.
La Chica que Soñaba con una Cerilla y un Bidón de Gasolina es, sencillamente, mala. Pero es que está tan mal escrita que todo lo ligeramente interesante que tiene se desmenuza entre sus estúpidos capitulos de paja y morralla. Porque lo que más tiene es morralla: morralla sexual, morralla cotidiana, morralla empresarial,... Con esos fragmentos de media página de inventarios de Ikea y menús de cafetería, sin conjunciones, así tal cual, como si fuera un puto catálogo. Y es que ya es difícil intentar darle un poquito de arte al asunto, pero terminar la enumeración de muebles con un "Pagó con VISA" me parece reirse del personal.
Después está el costumbrismo sexual, donde el tal Blomkvist es una máquina sexual, su amante Erika Bergen una especie de ninfómana con gustos bondage y la cansina Lisbeth, bueno... pues sigue siendo una friki bisexual. ¿De verdad que alguien se puede creer todo eso? Amigo Larsson, no te quedes conmigo. Dice Erika Bergen que acostarse con Kalle es "SJB" (Sexo Jodidamente Bueno), mucho mejor que su marido homosexual, ¡pues claro! ¡No me digas! Esto más bien es "LJM" (Literatura Jodidamente Mala). Y sólo llevo 200 páginas.
Eso sí, entretenida, entretenidilla sí que es. Se lee fácil. Pero como digo, sólo una vez al año, porque si no se me queman demasiadas neuronas.

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