miércoles, 28 de octubre de 2009

Buenos Días, Tristeza - Françoise Sagan

Argumento:

Françoise Sagan
Escrito por una jovencísima Françoise Sagan (aunque Quoirez era su verdadero apellido), de tan sólo 18 años, Buenos Días, Tristeza es una novela corta que narra las peripecias de la joven Cécile, que vive con su padre Raymond, durante un verano idílico en una villa mediterránea. Cuando Anne, una mujer de costumbres firmes llega a la casa, entra en conflicto con la pareja de Raymond: Elsa. Mientras tanto, Cécile se encuentra inmersa en un triángulo amoroso que pretende manejar a su antojo movida por los celos y los intereses personales, lo que tendrá consecuencias funestas. Comienza así un serie de fingimientos y argucias en las que Cécile también implica a su amor de verano, Cyrill, un chico de veinte años que conoce en la playa.


Opinión:

¿Qué ocurre si mezclamos la película "Mi padre, ¡Qué ligue!", la muerte de Grace Kelly y los juegos de sociedad de El Gran Gatsby (muy por encima, por supuesto), lo agitamos bien todo y lo dejamos reposar durante 50 años? Pues probablemente obtengamos algo parecido a Buenos Días, Tristeza.
La novela de Sagan supuso una revolución de la literatura francesa por la moral distraida de sus personajes, la improvisación de pensamientos y toda una serie de conceptos nuevos que pocos se habían atrevido a experimentar. Como suele ocurrir en estos casos, pasados 50 años, la gracia de la novedad y la transgresión se convierte en demodé y tan sólo nos queda una novela sin más atractivo que la personalidad frívola de la escritora, que se adivina tras leer unos párrafos. Poquito más.
Hablar de introsprección y de Bergson cada tres capítulos no basta para que una novela sea profunda. Los razonamientos sobre las sensaciones de Cécile son superficiales y en ocasiones tópicos, y se advierte claramente que la autora, además de demasiado joven, es una persona insustancial, vacía y tremendamente pija. Esa juventud es, quizás, la gran excusa que tiene Sagan, puesto que de haber escrito algo así a los cuarenta años hasta hubiera resultado patético. No es de extrañar que, pasados los años, la autora fuera más famosa por sus vicios que por sus virtudes.
De todos modos, y puede sorprender mi recomendación, veo aconsejable leer esta novela. Por varias razones, además. Es una novela corta y entretenida (no se perderá mucho tiempo leyéndola), tuvo trascendencia en su momento y eso es siempre interesante. No es, a pesar de todo, una novela mal escrita, ni mucho menos. Por último, y no menos importante, se pueden extraer algunas lecciones de la misma y si se pretende escribir algún día, preguntarse qué es lo correcto y qué no lo es.

domingo, 25 de octubre de 2009

La NOticia - El premio Nobel que todos olvidamos

Titular de CadenaSer.com

Difundió la teoría de que la Tierra ha sido visitada por extraterrestres por la cual ganó el Premio Nobel de Literatura en 1991


¿Qué dirá Nadine Gordimer sobre esto?


Al parecer, lo que realmente ganó el señor Von Däniken en cuestión, defensor de la teoría de que los dioses no son más que manifestaciones extraterrestes de la antiguedad, fue el premio Ig Nobel, una especie de Razzie de los Nobel, que se entregan sobre la misma fecha que los verdaderos. Entre los ganadores ilustres de estos premios se encuentran personajes como Deborah Anderson y su equipo, la descubridora de que la Coca-Cola tiene propiedades espermicidas (2008) o el ganador del 2009: premio otorgado a Elena Bodnar y sus colegas (Hinsdale, Illinois) por diseñar un sujetador que puede transformarse en pocos segundos en un par de máscaras de gas (véase foto explicativa).



Como se puede ver, la premiada muestra a los invitados de honor: Wolfgang Ketterle, premio Nobel de Física en 2001 y a Orhan Pamuk, Nobel de Literatura de 2006, el complejo uso del sujetador. Para que luego digan que los escritores y los físicos no son cachondos.


sábado, 24 de octubre de 2009

Si los muertos no resucitan - La nueva novela de Philip Kerr

REPORTAJE

Por Jacinto Antón
FUENTE: ELPAIS

De paseo por el Berlín nazi

Philip Kerr recorre los escenarios de su nueva novela en la Alemania de Hitler


Compartir el postre favorito de Hitler, Kaiserschmarrn -una especie de crêpes troceados y dulcísimos-, crea vínculos. Que se estrechan aún más si bebes juntos schnapps en un bar de la Kurfürstendamm de Berlín o paseas codo con codo, estremecido, sobre las ruinas del Führer Bunker y los restos del viejo cuartel de la Gestapo en la Prinz Albrecht Strasse. "Aquí fusilaban con tanta puntualidad que la gente al oír las descargas ponía en hora los relojes", explica con su habitual ironía en el viejo paisaje del horror (y ríete tú del pasaje del terror), el escritor Philip Kerr.

El autor de Berlin Noire, una de las grandes series del policiaco, protagonizada por el cínico, mujeriego y definitivamente inolvidable detective Bernie Gunther, que trabaja en un ambiente tan negro como el de la Alemania nazi, ha viajado a la capital alemana para presentar su nueva novela del ciclo, la sexta, Si los muertos no resucitan, ganadora del Premio Internacional de Novela Negra RBA. Recorrer con él los escenarios de su narrativa es una experiencia sensacional que además permite conocer a fondo al autor y su método de creación (¡hay que ver cómo se documenta!). Uno se entera también de cosas más íntimas, como de que detesta los Juegos Olímpicos -los nazis del 36, telón de fondo de su nueva novela, pero también los de Londres del 2012-, que salió por piernas de una visita al castillo de las SS en Wewelsburg o que su hija pequeña va al colegio con una nieta de Von Stauffenberg.


El por qué del universal e inagotable interés por los nazis, Kerr lo tiene claro: "A todos nos fascina la extrema maldad; los nazis son como Drácula, pero reales. Aluden además a nuestra propia oscuridad: ninguno estamos libres de hacer lo que hicieron".


El paseo por Berlín con Kerr no es tan duro como los que acostumbra su detective (vamos, que no hay que pegarse con los matones de las SA ni te obligan a subir a un coche oscuro los villanos con cara de cuero de la Gestapo), pero hace un frío que congela la Historia y que sólo se hace soportable por el interés de lo que el novelista explica y por los guantes y el gorro ruso adquiridos a precio de estraperlo en un puesto callejero cerca del Checkpoint Charlie. Luego hay que quitárselo todo para entrar al hotel con la prestancia que éste exige. Y es que Kerr (¡y nosotros!) se aloja en el Adlon (Unter der Linden, 1), el gran hotel histórico-literario de Berlín, el hotel escenario de, precisamente, Gran Hotel (la novela y la película) de Vicky Baum, que aparece en Adiós a Berlín de Isherwood y en el que a veces quedaba la querida Sally de Cabaret para un revolcón, el marco de tantas historias románticas, de espías y de guerra. Un lugar en el que la cama de tu habitación permite dar cuatro vueltas completas (comprobado), hay mujeres misteriosas clavadas, ¡oh!, a Greta Garbo y más mármol que en una cantera, como dice en Si los muertos no resucitan Gunther, a la sazón detective del Adlon, escenario fundamental de la trama.


La primera parte de la novela transcurre en 1934, con los nazis consolidándose en el poder y los judíos (y los buenos alemanes, como nuestro Gunther, que además se descubre una abuela hebrea) aprendiendo lo que eso significa. El ex policía se ve involucrado en una intriga que mezcla la Berlín preolímpica de Hitler con la mafia estadounidense (un tema a explorar) e incluye figuras nazis, boxeadores, una bella y desenvuelta ("espero que hayas traído la lanza de Parsifal, Gunther") periodista judía americana, un gánster con metralleta Thompson y picahielo y varios asesinatos. La segunda parte de la novela transcurre en La Habana en 1954 y en ella aparece como secundario de lujo Guillermo Cabrera Infante.


Hablando cerca de la azotea del Adlon, adonde los clientes se encaramaron en 1933 para ver las llamas del Reichstag, Kerr defiende el sentido de humor de los alemanes. "Lo tienen, lo que pasa es que es muy negro, amargo, grotesco a veces. El de Gunther tiene mucho de rebeldía. Si no fuera por eso, la historia sería demasiado depresiva". Del sentido moral del detective dice: "Yo fui criado así. Los escoceses somos una raza con grandes conflictos morales. La lucha de Gunther contra los nazis puede parecer perdida en términos históricos, pero obtiene algunos pequeños triunfos, y mostrar eso es importante".


Gunther va a seguir (¡viva!). Su próxima aventura transcurrirá en la cárcel de Landsberg, encerrado con los peores nazis -los mandos de los Einsatzgruppen de las SS- , y también como prisionero de guerra de los rusos. Con esos escenarios, sin duda añoraremos el Adlon.


jueves, 22 de octubre de 2009

Juan Cruz gana el Premio Comillas con su libro 'Egos revueltos'

A medio camino entre el reportaje y la memoria, el libro "Egos revueltos. La vida literaria: una memoria personal", del periodista y escritor canario Juan Cruz, ha logrado el XXII Premio Comillas de Historia, biografía y memorias. Un libro por el que desfilan un centenar de personajes (De Borges a Bowles, Cortázar, Benet, Cabrera Infante, Susan Sontag, Günter Grass, Jorge Semprún, Rafael Azcona, Severo Sarduy, Camilo José Cela, Francisco Umbral, Eduardo Haro Tecglen o Vázquez Montalbán..) que se han cruzado en la vida personal y profesional de este periodista, escritor y editor. Anécdotas, perfiles y decenas de historias... "Es una memoria de memorias", explica Cruz, "de gente que he conocido a largo de estos 40 años, escritores, gente del mundo editorial, periodistas, cineastas...". La noticia ha encontrado a Juan Cruz, figura de referencia en el periodismo cultural español, en Buenos Aires.


En este libro pueden llegar a desfilar hasta cien escritores, "y también está Bacon o Bergman o personajes que conocí el periódico, o en el mundo editorial; gente a la que edité, gente a la que llevé al oculista o al baño. Algunos muy egocéntricos y otros muy pacíficos. La historia del libro es la historia de una mirada, porque todas estas personas tenían en común una mirada diferente, pero en todas encontré un fondo de soledad y de despedida, de vida y de olvido de la vida". Cruz rechaza que esa memoria de la que se nutre este libro constituya un ejercicio de nostalgia: "Es un ejercicio, en todo caso, de melancolía".


Se trata del primer Premio Comillas que se concede tras la muerte de su creador, el editor Antonio López Lamadrid. El jurado de este año estaba compuesto por Jorge Semprún, Miguel ángel Aguilar, Josep Fradera, José Martí Gómez, Josep Ramoneda y Josep María Ventosa.


Fuente: EL PAÍS


Visita el blog de Juan de Cruz, Mira que te lo tengo dicho


Una Cuestión Personal - Kenzaburō Ōe

Argumento:

Kenzaburo Oé
Narra la historia de Bird, profesor de inglés en un colegio preuniversitario, cuya vida da un vuelco en el momento en que se entera que su mujer ha parido a una criatura con una deformidad en la cabeza, y con un problema que lo limitará a una vida vegetativa. En ese momento, Bird comienza un viaje introspectivo que lo llevará a tomar una decisión de vida, basada en lo que ha dejado en el camino, y acompañado por Himiko, una antigua amiga de la universidad.
Novela de tintes autobiográficos, Una cuestión personal fue escrita tras el tremendo impacto que causó en Oé el nacimiento de su hijo Hikari con hidrocefalia. No obstante, la novela tiene por sí misma gran valor al presentar la prueba interior a que es sometido todo ser humano que debe decidir entre sus deseos y el camino señalado por los actos cometidos a lo largo de su vida.

Opinión:

Sin haber apenas profundizado en la literatura japonesa e influenciado por el estilo occidentalizado y surrealista de Murakami, decidí que una buena manera de empezar era leyendo a los dos "Nóbeles" japoneses. El segundo de ellos (el primero fue Kawabata en el 72) es Kenzaburō Ōe. Esperaba esa tranquila y melodiosa narrativa japonesa tan propia de su cultura tradicional y me encontré con un retratro crudo, en ocasiones desagradable, sobre la desesperación de un hombre ante las vicisitudes de su vida. No es una novela que se pueda considerar hermosa, como ya he dicho, a veces desearías que su protagonista fuera un hombre sereno y recto y que no intentara escapar de sus problemas a través de la perversión sexual y el embrutecimiento moral, pero el autor plantea un personaje que vive obsesionado con un viaje a África, que apenas se relaciona con su mujer, que no es capaz de asumir un hijo monstruoso y lo debemos aceptar tal como es.

A Kenzaburō Ōe no me atrevería a juzgarlo. Sólo he leído esta novela y me ha costado horrores encontrarla. Cabe esperar que al haber obtenido un premio tan prestigioso su obra abarque todos los aspectos que pueden exigirse al escritor superior. Por ahora, Una Cuestión Personal es un buen comienzo para poder hacerse una idea de su literatura, pero no quiero hacer un análisis más amplio porque caería en el error de enjuciarle desde el desconocimiento.
Una Cuestión Personal es una historia llevada al ritmo adecuado, que abunda en los sentimientos y en el modo de pensar de los personajes. Es particularmente interesante la teoría del universo pluralista de Himiko en los primeros capítulos. Su final, que no revelaré, es realmente sorprendente, no de un modo intrigante, sino en relación a la idea que se hace uno de la resolución de la historia.